En el período anterior a la historia escrita, en las formas más primitivas de organización, la sociedad humana vivía principalmente en enormes grupos familiares (aunque una familia, ya sea patriarcal o matriarcal, ya supondría una forma de jerarquía). De este modo, allí no existía un Estado, pequeña acumulación de la riqueza o división del trabajo, ni tampoco leyes o reglas decretadas. Esto supondría un primitivo estado de anarquía.
Algunos anarquistas tienen al Taoísmo, el cual se desarrolló en la antigua China, como una fuente de actitudes anarquistas, aunque posteriormente, ya a fines del siglo XIX y luego en el siglo XX, los Taoístas adoptaron al Marxismo como ideología política, ya que esta concuerda en muchos aspectos de la filosofía del Tao. Ejemplo de esto es el hecho de que el Principio de la Mutación Perpetua de Lao-Tsé se asemeja en muchos ámbitos a la Teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky, y tal es así que los grupos revolucionarios I Ho Chuan ("Boxers") taoístas que se revelaron contra la emperatriz Xi Yi, utilizaban las enseñanzas de Marx en sus luchas contra el régimen imperial y contra el imperialismo británico. Similarmente, las tendencias anarquistas pueden ser trazadas a filósofos de la antigua Grecia, tal como Zenón, el fundador del Estoicismo, y Aristippus, quien dijo que el sabio no debería rendir su libertad al Estado.
Movimientos posteriores, tal como Streghería en el siglo XIV, el Libre Espíritu en la Edad Media, los anabaptistas del siglo XVI en Europa, los levellers, los diggers y los protestantes inconformistas también expusieron ideas que han sido relacionadas con los anarquistas convirtiéndos en precursores precursores religiosos de estos. Además es de notar que en muchas de las estructuras tribales y las prácticas de resistencia de los amerindios, de tribus africanas, maoríes, etc. se ha percibido cierta compatibilidad con la práctica libertaria
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